TRAVESIA EXTREMA ADRENALINA EN CHIQUIMULILLA

Toda la adrenalina de las travesías extremas organizada por Pasión por las Motos hizo que los pilotos más experimentados asistieran el pasado sábado 24 de septiembre a Chiquimulilla, que fue el escenario perfecto para poder desarrollar esta actividad.

Desde las 8:00 de la mañana los pilotos se hicieron presentes, llegando con sus poderosas atvs y utvs,  con mucha emoción descargaban los carritos y se preparaban para una emocionante aventura sobre 2 y 4 ruedas.

Unos minutos más tarde, cada uno paso a la mesa de inscripción para validar su debida participación, en donde cancelaron la cuota específica, que le incluía la inscripción, refacción, almuerzo, soporte médico y soporte mecánico.

Después de algunas indicaciones y recomendaciones realizaron una oración para que cada uno pudiera regresar nuevamente al epicentro sin ninguna novedad, luego cada uno se subió a las poderosas maquinas y con la dirección del carrito puntero siendo este un Yamaha YXZ 1000R de Julio Albores arrancó la Travesía Extrema número 26.

Después de unos kilómetros recorridos, se adentraron a una zona con muchas piedras, tomando una velocidad promedio para evitar daños en los vehículos.  Los charcos y el lodo se empezaron a hacer presente, ya que el objetivo era quedar enlodados y disfrutar de una ruta totalmente diferente, algo que en el invierno es posible realizar.

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Más adelante se encontraron con una poza un tanto profunda, ahí se hizo una parada para ver quienes querían poner a prueba sus motores y nivel de manejo, mientras que otros observaban la gran hazaña.

Ya con más de 50 kilómetros recorridos,  se encontraron con la mejor parte de la ruta, más de 300 metros de puro lodo, en donde la mayoría se quedo atascado y necesitaron ayuda para poder salir.

Los atascos se hicieron presentes y varios de los pilotos expertos no pudieron superar el nivel de lodo, algunos quisieron probar nuevamente su nivel de manejo y el motor de sus potentes máquinas, aunque algunos fueron traicionados por la excesiva cantidad de lodo, por lo que necesitaron apoyo para salir, eso sí enlodándose un poco más. Otros se ahorraron la enlodada y pasaron por el tramo que estaba a la par y otros pasaron sin ningún problema, pero como dicen por ahí, lodo querían, lodo hay. 

Pero no solo los carritos sufrieron, las cuatrimotos también fueron víctimas del lodo, en donde fue necesario que el piloto se parara en ella e hiciera contrapeso para poder sacarla  pero siempre la ayuda y el apoyo fue requerido para poder salir de la atascadera.

La ruta continuo, las posas y el lodo no pararon, hasta llegar al epicentro en donde ya los esperaban con un delicioso almuerzo.