PORQUÉ DEBERÍAS USAR GUANTES SIEMPRE?

Ir en moto es una de las formas de viaje que mayor sensación de libertad ofrece a quienes la experimentan, pero por otro lado, donde más precauciones se deben tomar a fin de protegerse ante posibles accidentes.

Sin duda es vital escoger un buen casco para prevenir los golpes en la cabeza, que son los que más ponen en riesgo nuestra vida cuando se va a lomos de una motocicleta, pero no hay que olvidar proteger otras partes del cuerpo que también pueden sufrir mucho con una caída como son las manos.

Las manos son el instrumento con el que manejamos los controles de la moto, y también es una zona muy expuesta a los arañazos y las fricciones con el asfalto en caso de accidente.

Antes de escoger unos guantes de moto hay que tener en cuenta muchísimas cuestiones que se pueden ver aquí relacionadas con la conducción, el uso prioritario que vamos a darles, los materiales o la forma de los guantes para moto.

No te sirven unos guantes cualquiera, hemos visto muchas veces en la carretera gente con guantes normales de calle y si te pueden quitar el frio, eso no es discutible, pero si te caes no te ofrecen ninguna protección porque el material con el que están realizados no es resistente a la fricción.

Las protecciones evitan lesiones, gracias a ellas se pueden evitar incidentes mayores o al menos atenuar los ya existentes, ya que cuando la fricción es muy severa, de no llevar por ejemplo guantes, el piloto puede desgarrarse parte de la piel de sus palmas, causándole infecciones, sin contar con el alto dolor que supone y el aspecto tan alarmante que ofrece esta visión.

Además, por acto reflejo, ante una caída o un tropiezo, las personas siempre tendemos a poner nuestras manos por delante para apoyarnos y evitar lastimarnos otra parte del cuerpo como la cara o el pecho.

Si las manos se encuentran desnudas o cubiertas por unos guantes que no se amoldan a las características de la vía, son demasiado finos o de mala calidad y sufren un fuerte roce, es bastante probable que sintamos un intenso dolor en ellas y que, como un resorte, intentemos quitarlas, siendo entonces cuando el resto del cuerpo golpee contra el suelo u objeto con el que hemos colisionado.